Cuando uno tiene aficiones realmente arraigadas es muy difícil escapar de ellas. Y muchas veces nos llevan a comprar esos pequeños caprichos que nos aportan la máxima felicidad (y nos vacían la cartera).
Y es que no solemos tener gustos baratos. ¿A quién no le ha ocurrido toparse de lleno con ese producto de sus sueños y sentir un deseo irrefrenable de tenerlo entre sus manos?
Sin embargo, ese impulso irracional tiene sus consecuencias cuando llega la hora de dar las debidas explicaciones ya sea a una madre o a la pareja.
Eso es, precisamente, lo que le ocurre al protagonista de la siguiente campaña de la marca de motos eléctricas Zero que, tras comprarse uno de sus carísimos modelos, comienza a pensar en la justificación que le dará a su pareja.
Con un tono de humor, el preocupado protagonista comienza a enumerar las razones que convierten su compra en algo necesario hasta que da con la clave: el ahorro de tiempo de transporte y, en consecuencia, la posibilidad de invertir más tiempo junto a su cónyuge.
“La he comprado por nosotros”, sentencia el motorista.
Este anuncio, creado por el equipo in-house de la marca, se centra en llegar a una audiencia aficionada al motociclismo, que ya ha poseído en alguna ocasión una moto.
Sin embargo, la historia evita caer en los clichés del motorista y se centra en mostrar la diversión que proporciona el viaje en el vehículo.
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